Alcé la vista, atemorizada ante la magnitud de las certezas que me estaban embargando. El semáforo se había puesto en verde pero él no parecía dirigirse a ningún lugar en ese momento. Volvió la cabeza hacia mí y vi que incluso a la sombra del casco sus ojos brillaban expresando una calidez y una dicha increíbles.
- ¿Preparada? - preguntó con dulzura.
- Preparada - susurré, sabiendo que nunca me había sentido tan segura de algo en toda mi vida.
- Preparada - susurré, sabiendo que nunca me había sentido tan segura de algo en toda mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios