que la envolvía en un sueño maravillosamente profundo y triste.
El cielo grisáceo desprendía una sensación de soledad indescriptible.
El viento soplaba con una fuerza descomunal, los árboles, con miedo, sacudían sus hojas de un lado para otro. Y de pie, observando una soledad que le parecía maravillosa, allí, en medio del prado cerró los ojos y se dejó llevar.
Nada tenía más poder sobre ella, nada le hacía sentir mejor.
Se sentía sola, y era la sensación más desagradablemente maravillosa que jamás había sentido nunca.
Muy bonita tu entrada, es perfecta :)
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro de que te guste. Mi blog no tendría sentido sin gente que lo leyera o comentara.
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